No importaba si respondías una, dos o tres horas después, de todos modos y sólo por esa respuesta le puse el sonido más alto a mi celular, así que sea cual fuese la hora que te hubieses acordado de mí (así hubiera estado dormida), solo por ese estúpido mensaje me hubiese despertado. Aunque a decir verdad eso pasó, me desperté a las tres de la mañana maldiciendo mi viejo celular, creyendo ingenuamente que tu contestación había llegado; abrí WhatsApp, actualice 3 veces y nada.

Afortunadamente para ti, soy tan terca que sé que pasarán unas horas más y seguiré esperando ese mensaje y obviamente ocurrirá lo mismo de siempre o lo que yo conozco como las etapas de espera.

1. Te maldigo y intento bloquearte del wp (pero por pura masoquista no lo hago).

2. Haré como si ya no me interesas y veré siempre tus últimas conexión (más masoquista aún, porque me restriego que estás ahí, pero que te importa un carajo responderme).

3. Te cansarás y sentirás que me extrañas, volverás a escribirme, dirás algo lindo, te responderé, llegaremos a la parte en la que te digo te quiero y tú... tú me dejarás en visto.

Pero no alucines tanto, tampoco es que seas tan importante, es solo que así soy y tú eres mi peor automutilación, no me matas pero sí que dejas heridas.

Ah! Otra cosa, te quiero.